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martes, 3 de mayo de 2011

Cuando nuestros hijos mienten

“No sé como hacer para que mi hijo deje de mentir. Hemos trabajado duro para enseñarle buenos hábitos morales. Entre más lo castigamos más miente. Realmente estoy preocupada”

Entendiendo a tu hijo, a ti mismo y la situación.

Hemos buscado y buscado y no hemos podido encontrar un solo adulto que nunca haya mentido cuando era niño. De hecho no podemos encontrar ningún adulto que no mienta ahora. ¿No es interesante ver cómo los padres se alteran cuando los niños no han dominado una virtud que ellos mismos no han dominado aún? No aclaramos esto con el fin justificar la mentira sino para mostrar que los niños que mienten no son niños defectuosos o inmorales. Necesitamos entender las razones por las cuales los niños mienten antes de poderlos ayudar a dejar atrás su necesidad de mentir. Generalmente los niños mienten por las mismas razones por las que los adultos se sienten atrapados, sienten miedo al castigo o al rechazo, se sienten amenazados o simplemente piensan que mentir hará las cosas más sencillas para todos. Generalmente mentir es una señal de baja autoestima. La gente piensa que necesita quedar mejor ante los demás porque piensan que no son suficientemente buenos como son.

Sugerencias
1.      Deja de hacer preguntas  que inviten a mentir. Estas preguntas son aquellas de las cuales tú ya sabes la respuesta. ¿Limpiaste tu habitación? En lugar de ello diga, “Veo que no limpiaste tu habitación, ¿te gustaría trabajar en un plan para limpiarla?”
2.      Céntrate en las soluciones a los problemas en lugar de culpar. “¿Qué debemos hacer para tener las tareas hechas?” En lugar de “¿Hiciste tus tareas?”
3.      Se honesto. Di “Eso no me parece que sea verdad”.  La mayoría de nosotros no decimos la verdad cuando nos sentimos atrapados, asustados o amenazados de alguna manera. ¿Por qué no nos tomamos un tiempo fuera ahora mismo? Más tarde estaré disponible para ti si quieres compartir conmigo qué es lo que te está pasando.”
4.      Respeta la privacidad de tus hijos cuando no deseen compartir contigo.

Planeando cómo prevenir futuros problemas
1.      Ayuda a los niños a saber que los errores son oportunidades para aprender, de esta manera ellos no pensarán que son malos y que necesitan encubrir sus errores.
2.      Da ejemplo diciendo la verdad. Comparte con tus hijos tus experiencias de cuando fue difícil para ti decir la verdad pero decidiste que era más importante experimentar las consecuencias y mantener el respeto por ti mismo. Asegúrate de estarte comunicando honestamente con tus hijos en lugar de estarlos sermoneando.
3.      Hazle saber a tus hijos que son amados incondicionalmente. Muchos niños mienten porque tienen miedo de que la verdad decepcione a sus padres.
4.      Demuestra aprecio. “Gracias por decirme la verdad. Sé que fue difícil, admiro la manera como estás dispuesto a enfrentar las consecuencias, y sé que puedes manejarlas y aprender de ellas”.
5.      Dejar de intentar controlar a tu hijo. Muchos niños mienten para poder descubrir quiénes son y hacer lo que ellos quieren hacer. Al mismo tiempo están tratando de complacer a sus padres haciéndoles creer que están haciendo lo que ellos supuestamente deben hacer.

Habilidades para la vida que los niños pueden aprender.
Los niños pueden aprender que es seguro decir la verdad en familia. Aún cuando lo olviden, se les puede recordar con gentileza y amor. Ellos puede aprender que sus padres se preocupan por sus miedos y creencias equivocadas y los ayudarán a superarlos.

Sugerencias para padres
1.      Muchos niños mienten para protegerse a sí mismos de ser juzgados y criticados porque cuando los adultos dicen que son malos ellos lo creen. Por supuesto ellos quieren evitar esa clas de dolor.
2.      Recuerda lo que es tu hijo ahora y no lo que tu hijo será siempre. Si tu hijo dice una mentira no exageres ese comportamiento llamando a tu hijo mentiroso.
3.      Céntrate en construir cercanía y confianza en la relación en lugar de centrarte en el problema de comportamiento. Esta es generalmente la manera más rápida de detener el comportamiento que tú consideras objetable.

Ideas alentadoras
Mi hijo fue suspendido de la escuela. Esta fue su versión: “Encontré unos cigarrillos en mi locker. No sé cómo llegaron allí. Me los estaba metiendo en el bolsillo para llevarlos al director cuando un profesor llego y me llevó con el director”.
Mis pensamientos se volvieron locos por unos minutos. “Nos está mintiendo. Soy un fracaso como madre. Él va a arruinar su vida. ¿Qué pensará la gente?” Me estaba sintiendo muy alterada así que mi brújula sentimental me dejó saber que estaba siendo atrapada por mi sistema de pensamientos y no estaba mirando las cosas claramente. Por un minuto deseché mi compás en lugar de mis pensamientos y usé más pensamientos para razonar con mi sabiduría interna.
“Si, pero esto es diferente. Estas son circunstancias terribles realmente sobre las cuales no tengo control. ¿Cómo podría verlas de manera diferente? Voy a tener que regañarlo severamente, castigarlo por lo menos un mes, quitarle sus privilegios y decirle que está arruinando su vida”.

Afortunadamente tenía mucha fe en mi sabiduría interna para tomar en serio esos pensamientos. Deseché mis ideas locas, y pronto salió a la superficie la inspiración de mi sabiduría interna. Entonces vi las cosas desde otra óptica completamente diferente y sentí comprensión y compasión por la manera como mi hijo veía las cosas. Acababa de entrar al bachillerato donde la presión por seguir a la mayoría en lugar del sentido común es enorme.

Cuando llegué a casa escuché mi inspiración y supe qué hacer. Me senté con mi hijo, puse mi brazo alrededor de él y le dije: "Apuesto a que estás tratando de descubrir cómo decir no a tus amigos de tal manera de que no llamen nerd o un aguafiestas.” Él había estado esperando mi usual locura y apenas sabía cómo responder a mi cordura.
Tentativamente dijo “Sí”.

Yo continué. “Y apuesto a que la única razón por la cual nos has mentido es porque nos amas demasiado y no quieres decepcionarnos”. Sus ojos se llenaron de lágrimas y me dio un gran abrazo. Le respondí con lágrimas en mis propios ojos mientras ambos experimentábamos esos maravillosos sentimientos de amor mutuo. Lo tranquilicé, “Si crees que en algún momento puedes decepcionarnos lo suficiente como para disminuir nuestro amor, entonces no estamos haciendo un trabajo lo suficiente bueno para que sepas cuánto te amamos, incondicionalmente”.

Apenas podemos suponer cuál hubiera sido el resultado si yo hubiera seguido mis pensamientos locos al interactuar con mi hijo. Supongo que mi reacción sólo hubiera inspirado un incremento en la rebelión en lugar de incrementar nuestra cercanía.

Fuente: Título original del artículo: "Lying"
Dr. Jane Nelsen Ed.D.
jane@positivediscipline.comEsta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla
Traducción al español: www.criaryamar.com en coordinación con Ari Molina, Asociada Certificada en Disciplina Positiva

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